Bruja bruja

Lo que más me gusta de este álbum es la cara del niño al que se lo lees cuando Pablo Albo lo llama desde el cuento, lo mete, lo hace partícipe y coprotagonista de la historia de esa bruja tan aburrida y poco original. Una bruja que no hace grandes encantamientos, que transforma una lagartija en lagartija, o una mosca en una mosca… pero, un día, se equivoca y de su encantamiento sale el lector, el niño. Y, es fantástico la magia que crea en ese momento en el que, el niño, no entiende cómo un libro puede conocerle, cómo sabe lo que está pensando, cómo se anticipa a lo que va a decir: que él también se equivoca, e intentará consolar a esa bruja que nunca antes se había equivocado.

¡Genial!, como siempre, Pablo Albo, que, esta vez, nos sorprende con un truco de magia…

Así pues, sí, “Bruja bruja” lo escribió Pablo Albo y lo ilustró Miguel Ángel Díez en 2011, año en que la editorial Sleepyslaps lo publicó.

¡Hasta la semana que viene!

Ser o no ser… una manzana

No sé si os acordáis de una viñeta de Mafalda, del genial Quino, en la que Miguelito… bueno, es mejor verla…

Y así de desbocada es la imaginación en un niño, bueno, y afortunadamente también en algunos adultos, si no de qué manera tendríamos estos maravillosos libros…

En fin, un niño encuentra una manzana en la mesa y, supongo yo que, algo cansado de la rutina del colegio, con la mirada fija en ella, da rienda suelta a su imaginación: ¿y si no fuera una manzana? ¿Y si solo tuviera su aspecto pero en realidad fuera…? Y comienza a divagar acerca de la identidad de la manzana…

Divertido y absurdo (como me gustan a mí). Con unas ilustraciones, sencillas pero muy atractivas, que van dibujando todo aquello que va imaginando el niño creando ese conjunto perfecto entre texto e imagen del que muchas veces he hablado.

Pues bien, “It Might Be an Apple”, lo escribió e ilustró Shinsuke Yoshitake en 2013 y este año, en 2019, la editorial Libros del Zorro Rojo lo ha publicado en castellano.

¡Hasta la semana que viene!

Roni

Divertido, irónico, con unas ilustraciones muy atractivas y descriptivas, en todo momento, de lo que está pasando en el texto, así es el álbum que os traigo hoy: Roni.

Roni es un gato, pero también podría ser un perro, o un agapornis… todos los que tenemos o hemos tenido alguna vez una mascota en casa nos hemos hecho esta pregunta alguna vez: ¿por qué tengo que aguantar yo esto? Pero, al final, llegas a la conclusión de que, aún con todo lo que aguantas, merece la pena…

Pues sí, Roni es un gato que cada día de la semana, sin excepción, obsequia a su amo con alguna barrabasada que tiene que subsanar el pobre hombre quien, a medida que se acerca el domingo, va viendo desaparecer sus fuerzas y su paciencia. El último día, antes de que vuelva a arrancar la semana y comience de nuevo el círculo en el que está atrapado el narrador, le razona, le riñe y le dice que esto no puede continuar así… con ese monólogo inútil que todos hemos utilizado alguna vez con estos, nuestros animales que, si entienden algo, sin embargo, no tienen ningún propósito de enmienda…

En fin, con una rima y repetición de una misma frase en cada día de la semana, Txabi Arnal, consigue darle un ritmo al texto confiriéndole dinamismo y más diversión. Texto muy bien acompañado, como ya he dicho antes, por unas muy frescas ilustraciones a cargo de Julio Antonio Blasco. La Guarida Ediciones, fue la encargada de publicarlo en 2015 con esa dedicatoria en la primera página que aún lo hace más divertido, si cabe:

“Para Roni, por supuesto”

¡Hasta la semana que viene!

El vecino lee un libro

Sea para celebrar el día del libro del pasado martes que os traigo hoy este genial álbum en el que un hombre, aislado en la paz de su apartamento, trata de leer un libro. Su vecina, una niña decididamente ruidosa, de manera involuntaria, le irá interrumpiendo la lectura una y otra vez. El hombre, trata de que cese en su ruído pero sin ningún éxito, hasta que al final encuentra la solución: le regala un libro a la niña que, inmediatamente, comienza a leer consiguiendo así el tan ansiado silencio. A partir de entonces, el entendimiento hace que compartan algo más que la lectura y salgan juntos de paseo por la ciudad porque no todo en esta vida son los libros, ¿no?

El texto resulta sencillo y muy rítmico y está acompañado de unas magníficas ilustraciones frescas y sumamente expresivas que, a veces, se combinan con detalles de imágenes reales, como la gorra tan característica del hombre o el taburete o la silla sobre los que se sientan ambos para leer.

Y es curioso como el problema se plantea a lo largo del libro como si lo estuviera contando el hastiado personaje pero, el título, nos dice todo lo contrario: es la niña la que nos da su punto de vista al describirnos a ese vecino tan raro y malhumorado que no le deja jugar en paz y en todo momento le exige silencio.

Pues, nada, magnífico y recomendable, “Buur man leest een boek”, lo escribió e ilustró Koen Van Biesen en 2012 y un año después, en castellano y en catalán, lo publicó la editorial Tramuntana.

El león blanco

Os traeré, esta y la próxima semana, sendos libros cuya temática es nueva por estos andurriales: los amigos invisibles en la infancia.

Y no os voy a hablar de mi muy mejor amiga mayor imaginaria de cuando (yo) era niña porque no es mi propósito aburriros pero, la verdad, es que supuso un báculo que, de manera natural desapareció pero, aún hoy, me acuerdo de ella.

Por eso, cuando leí “El lleó blanc” (sí, también lo podréis encontrar traducido al valanciano) sentí una tierna empatía hacia la niña que, recién mudada a una casa nueva y con paredes blancas, encuantra camuflado entre ellas a un león que pronto se convierte en su mejor amigo. En este caso, el león, ejerce de guía a modo de hermano mayor, y va animando a la niña a que conozca a la gente del nuevo barrio entre los que pronto encontrará niños reales con los que compartirá sus juegos. El león, entonces, sin llegar a deaparecer del todo, formará parte de la trastienda en la vida de la niña a la que, cada vez que lo necesite, podrá volver para encontrarse con él.

“The Snow Lion” lo escribió Jim Helmore y lo ilustró con mucho acierto Richard Jones para publicarlo, por primera vez, en 2017. En octubre de ese mismo año lo tradujo a nuestros idiomas Andana Editorial.

¡Hasta la semana que viene!

Solo un segundo

Una foto en la calle con toda esa gente transitando y, cuando llegas a casa y la observas, te das cuenta de las miradas entre los transeúntes. Se miran, se observan, se escrutan, se conectan por un segundo entre ellas: es el momento, el segundo en que has disparado la cámara. Y, de eso trata este libro, de solo un segundo y la conexión entre las personas que caminan por la calle o se asoman a la ventana para ver quién o qué pasa por ella. Esas coincidencias en la vida que existen y se dan a menudo aunque la mayoría de las veces pasen desapercibidas.

Una curiosidad de libro, sencillo, pero divertido y original. “Solo un segundo” lo escribió Silvio Freytes y lo ilustró Flavio Morais en 2007 y, ese mismo año, lo publicó la editorial Kalandraka.

Y, en fin, una entrada corta pero para un libro interesante, no os lo perdáis. ¡Hasta la semana que viene!

¡Yo no he sido!

Esto viene a ser como la famosa frase falsamente atribuida a Albert Einstein: aquello de que si las abejas desaparecieran, al hombre le quedarían cuatro años en la Tierra.

Claro que, si bien es cierto que no hay que atribuirles todo el mérito de la polinización a estos insectos, también es verdad que es necesario reflexionar acerca de qué pasaría si esta especie desapareciera. No sería muy beneficioso para nosotros…

Esto es lo que plantea Voltz de manera sencilla para que los niños lo entiendan… y bueno, también para que lo entienda algún que otro adulto de ideas más cerriles. Una granjera que va a ordeñar a su vaca, se encuentra por el camino una araña. Horrorizada, la aplasta con el pie y, definitivamente, la mata. En ese mismo momento, la vaca, asustada por algo, le propina una cornada a su dueña quien, sumamente enfadada, comienza a preguntar a cada uno de los animales de la granja por qué han hecho eso, dado que éstos comienzan a exculparse y a culpabilizarse entre ellos. Poco a poco, la pregunta la irá realizando a uno y a otro para tratar de esclarecer la responsabilidad última hasta que, por fin, se encuentra con el mosquito. Y el mosquito le responde que, como ya no hay arañas que le coman, puede picar a sus anchas. Es decir, la picadura del mosquito es lo que ha desencadenado una serie de reacciones entre los animales que acaban en la cornada de la vaca.

Bueno, explicado así parece un poco lioso pero os aseguro que es un álbum de lo más divertido e instructivo. Como siempre, las ilustraciones de Voltz, a base de composiciones con objetos de lo más variopinto, son del todo originales y estéticas; además, siempre es entretenido eso, mirar cómo y con qué ha construido a este u otro personaje.

“C’est pas ma faute!” lo escribió Christian Voltz, de quien he hablado ya alguna vez por aquí (es uno de mis preferidos). En 2001 se publicó en Francia y, al castellano, se encargó de traducirlo en 2003 la editorial Kalandraka.

En fin, ¡hasta la semana que viene!

 

¿Quién compra un rinoceronte?

Resultan divertidos los álbumes ilustrados en los que se plantea un absurdo y se racionaliza todo siguiendo una lógica infantil.  Es decir: ¿para qué puede servir un rinoceronte mascota?, uno está a la venta y voy a intentar convencerte de que lo compres con una lista de bondades que hará que lo adores. Y, sin más, éste el próposito del cuento. Lo dicho: absurdo pero divertido.

Texto en verso que resulta muy sencillo (de ahí su valor) y unos dibujos en blanco y negro, completamente llenos de expresividad, que recuerdan a las viñetas de las tiras cómicas y que, como ya he dicho en alguna ocasión, para mí es un gran atractivo. Y no hay mucho más que decir… Resultaría extraño que intentase contar algo más de un cuento así… mejor será leerlo.

“Who Wants a Cheap Rhinoceros?”, lo escribió e ilustró Shel Silverstein en 1964 y, en 2017, la editorial Kalandraka lo publicó en castellano.

¡Hasta la semana que viene!

Huellas gigantes

Coincidiréis conmigo (o no) en que lo peor que puede ocurrirle a una sociedad es tener miedo. Más cuando este miedo es infundado y, unos y otros, se encargan de transmitir una noticia que se extiende, como si de una ola gigante se tratara, hasta que, al llegar a la orilla, ya no es nada, pero ya nadie se acuerda del movimiento y consecuencias que ha ocasionado el imaginarse o exagerar de manera dramática y, a veces, morbosa una situación.

Krahn se encarga de abrirnos los ojos y mostrarnos lo absurdo de todo esto con su característico humor. Una mañana de invierno, Pedro y Silvia, salen de su casa en busca de alguien que está dejando unas huellas gigantes en la nieve y que tiene asustados a sus padres. Los adultos de toda la aldea, salen a buscarlos y, por el camino, irán encontrando huellas y señales de accidentes que les hacen pensar en lo peor. Pero, sin embargo, cabe una explicación para cada una de esas señales y no necesariamente catastrófica; pero eso lo sabrán cuando, por fin encuentren a sus hijos sanos y salvos con dos criaturas del todo inofensivas.

“Huellas gigantes” lo escribió el gran Fernando Krahn y en 2006 lo publicó la editorial Kalandraka, también en catalán.  En la actualidad está descatalogado pero, si tenéis la suerte de encontrarlo en alguna biblioteca, os recomiendo que lo leáis,

¡Hasta la semana que viene!

El lobo no vendrá

Hace ya tiempo que no hablo de algún libro para lo más pequeños que los pequeños. Y es que cuando vi este álbum me hizo gracia la manera que tenía de abordar los miedos nocturnos.

Un conejo le pregunta a su madre mientras se va metiendo en la cama si el lobo va a ir a su casa. La madre, sin negarle su existencia, le va narrando todas las dificultades que encontraría un lobo que vive en el bosque, con cazadores, para llegar a su casa, en la ciudad. Las ilustraciones, van mostrando, en una página el ceremonial del niño antes de irse a dormir. En la otra, aparece un lobo que, de una manera de lo más divertida, va intentando pasar desapercibido y salvar todos los obstáculos para llegar a la casa de la familia de los conejos. Una vez allí, llamará a la puerta y, para sorpresa de los padres, que ven pasar como un rayo a su hijo que va a abrir, el lobo entra en la casa con un regalo para el pequeño conejo, porque es su cumpleaños y llevaba todo el día esperando a su invitado…

¡Genial! es algo así como, ¿para qué enfrentarte?, hazte amigo de tus lobos y dejarán de darte miedo… lo dicho, original y divertido mensaje para luchar contra los miedos nocturnos. Hay más libros de este estilo que merecen la pena… ya os los iré trayendo por aquí.

De momento, aquí tenéis: “Le loup ne viendra pas”, lo escribió Myriam Ouyessad en 2017 y lo ilustró Ronan Badel, quien consigue hacer sus dibujos imprescindibles para un mayor disfrute del texto. Este mismo año, en 2018, lo ha traducido al castellano la editorial Luis Vives.

¡Hasta la semana que viene!