El mar dijo ¡basta!

Y, en este momento en el que el cambio climático y sus devastadoras consecuencias, entran en las perversas “trending topics”, guardémonos de ellas. Reflexionemos y actuemos pero con inteligencia, con serenidad y perseverancia. Que nunca está de más que estos y otros temas preocupen cada vez a más gente pero ojo con el oportunismo de algunos sujetos que, lejos de preocuparse, sacan tajada del asunto… Y no hay nada más peligroso que la desinformación, el populismo y el movimiento en masas de manera irreflexiva… En fin, el ser humano…

Pero bien, para ayudar a formar personas con ese espíritu crítico tan necesario en la actualidad, siempre podremos acudir a libros tan reflexivos, tan educativos como el que traigo hoy. El mar está cansado, cansado de la cantidad de personas que navegan sobre él, de la cantidad de animales que viajan a través de él y, harto, pega una sacudida y con un magnífico tsunami, da la vuelta al mundo. Todos los comportamientos, todas las costumbres se vuelcan y un nuevo orden social, tanto humano como animal, nace y, por tanto, unos y otros se ven forzados a entenderse para poder convivir. Y, no es tan difícil: al fin y al cabo, tampoco somos tan diferentes…

Interesante, imprescindible lectura de mano de Comotto, quien siempre transmite algo de esa manera tan ingenua, tan sensible y tan hermosa como solo él sabe hacer. Ilustraciones expresivas, dinámicas y frescas que las hacen, también, inconfundibles.

Así que, sí, “El mar dijo ¡basta!”, lo escribió e ilustró Agustín Comotto en 2006 y, ese mismo año, lo publicó por primera vez la editorial La Galera.

¡Hasta la semana que viene!

Cuentos por correo

Si bien la era del correo postal está claramente en declive, sin embargo, es curioso como, el gesto de tirar una carta en un buzón de correos con el deseo de que un ser querido reciba ese escrito suyo, sigue llamando la atención a los niños. Es pura magia, es un doble “me acuerdo tanto de ti”, es la impaciencia por la llamada de la otra persona (varios días después de haber llegado a casa tras un viaje) diciendo que, por fin, ha llegado su postal desde… ¡Me encanta!

Por eso, buscando qué regalar este año a los niños de esta, mi casa, y que estuviera relacionado con esta magia que, comento, es para ellos, encontré esta magnífica idea de Raquel Díaz Reguera: cuentos escritos en ocho postales que mandas, al niño en cuestión, en ocho envíos. Al final, cuando el niño tiene reunido todo el cuento, que habremos enviado poco a poco, puede leerlo de principio a fin, sin interrupción, y construir el puzle de la ilustración cuyas piezas son cada una de las entregas. La idea es que, tras la última entrega, se le dé ya en mano una caja donde pueda guardarlo. De esta manera puede descubrir la identidad de esa especie de amigo invisible que ha estado enviándole postales todo ese tiempo. Yo, sin embargo, he preferido modificar algo estas instrucciones para que se adapten mejor al día de Reyes… complicado pero factible (creo).

La colección de “Cuentos por correo”, la componen varios títulos a elegir: “Dibujos animados”, “El bolso rojo”, “El ratón más grande del mundo”, “La doncella, el vestido y el amor”, “Lunes y sin embargo viernes” o “Un deseo gigante”. La idea original, el texto y, por supuesto, las ilustraciones, son de Raquel Díaz Reguera y fue publicado por primera vez en octubre de 2017 por la editorial “Tres Tigres Tristes“.

¡Hasta la semana que viene!

Once damas atrevidas.

Lo que primero me llamó la atención de este álbum fue su estética. Una portada colorida, con dibujos de unas mujeres montadas en motos y sidecars y con un toque muy femenino en cada una de ellas. Sin duda, la mano de una mujer estaba detrás de esas figuras…

Y lo abrí, comencé a leerlo y comenzó el ritmo y la rima en un texto divertido que nos muestra todo aquello que hicieron juntas cuatro amigas atrevidas. Viajar… a países exóticos, al desierto, a Rusia… escalar el Everest… Y, como si en cada destino cada una fuera encontrando su sitio en el mundo, poco a poco van quedándose, repartidas por el mundo, hasta que queda solo una, que decide regresar…

Preciosa adaptación de un cuento popular sobre unas vidas atrevidas, unas vidas de amistad y locura, que siempre está bien tener un poco. Texto e ilustraciones se funden perfectamente aunque no sean de la mismo autor. Muy recomendable.

“Once damas atrevidas” (en gallego, en el original) lo escribió Xosé Manuel González “Oli” y lo ilustró Helle Thomassen en 2001, año en que también lo publicó la editorial Kalandraka.

¡Hasta la semana que viene!

El topo que quería saber quién se había hecho aquello en su cabeza.

Uno de los álbumes más conocidos de los ilustrados por el gran Wolf Erlbruch y uno de los preferidos, siempre, por los niños por el tema escatológico en cuestión y que tanto gusta a esa edad.

Seguro que ya lo conocéis: un topo que se despierta con un excremento encima de su cabeza e, indignado, comienza por toda la granja a buscar al responsable con un firme propósito de venganza que, finalmente, llevará a cabo.

Divertido, espontáneo, irreverente y editado en diferentes formatos de los cuales destacaría la edición pop-up en la que, moviendo las pestañas, los niños juegan con los escrementos de los animales, ¡genial!

“Vom kleinen Maulwurf, der wissen wollte, wer ihm auf den Kopf gemacht hat”, lo escibió Werner Holzwarth y, como ya he dicho antes, lo ilustró Wolf Erlbruch en 1989 y, ya en 2007, lo tradujo al castellano la editorial Alfaguara.

¡Hasta la semana que viene!

El sultán y los ratones

Un cuento en cadena, un cuento circular, un cuento con repeticiones de las mismas frases en cada página creando uno de esos ritmos tan atractivos para los niños.

Un sultán que tiene el palacio lleno de ratones y esto le crea un problema dado que lo que más le gusta a este sultán es el queso. Así que manda reunirse a sus consejereos para que hallen una solución, y estos deciden llenar el palacio de gatos. Pero los gatos arañan al sultán, así que llevan perros. Pero lo perros ensucian el palacio, así que se desharán de ellos con unos leones… y, de estos… bueno, con unos elefantes que ocupan todo el palacio… y, ¿cómo deshacerse de unos elefantes? Sí, con unos ratones…

Ilustraciones muy curiosas creadas a partir de un collage con elementos de lo más variados y que invitan a detenerte en cada página para descubrir de qué objetos se ha servido la artista para crear a uno y otro personaje. Muy interesante, sí, texto y láminas.

Basado en un cuento poular árabe, Joan de Boer, escribió en 2005 de esta manera tan acertada “El sultà i els ratolins” y, de esta manera también, Txell Darné lo ilustró. Ese mismo año, OQO Editora se encargó de publicarlo, también, en castellano.

¡Hasta la semana que viene!

Antes de acostarte

Tuve en mis manos el otro día una adaptación para niños de un clásico, ilustrado por este autor y, rápidamente, lo reconocí y me acordé de las historias de Bruna, esa niña que, bueno, es una niña… y esto es lo que reconforta de estos cuentos, el ver que lo que te cuentan son historias de una vida cotidiana de una niña normal y corriente. Y, digo que reconforta porque en “Antes de acostarte”, el padre de la niña se dispone a leerle un cuento antes de irse a dormir, pero cuando llega a su cuarto, hay tal desorden que deciden primero ordenar antes de leer. Cuando ya está todo en su sitio, se dan cuenta de que han perdido el libro que se disponían a leer por lo que, de nuevo, vuelven vaciar todos lo cajones y cajas de juguetes hasta que, finalmente, lo encuentran pero, para entonces, el caos se ha vuelto a apoderar de la habitación de la niña.

Y esto es: Rovira nos pinta una familia de lo más normal y cotidiana y, de paso, nos adentra ya en la normalidad de unas tareas domésticas compartidas, de una conciliación familiar que comienza con la mayor implicación de un padre. Pero lo hace de manera tan natural que nos hace pensar que, esto, es así en todas las familias y es así desde siempre. Una niña feliz, con curiosidades y juegos propios y deseables a su edad. Una niña naturalmente normal, y… esto, no es tan normal… pero todo se andará, porque los niños que lean a Bruna, así lo considerarán y con esta idea crecerán y vivirán.

“Antes de acostarte”, lo escribió e ilustró Francesc Rovira y, en 2007, lo publicó la editorial Edebé. Además, las historias de Bruna cuentan con otros títulos también publicados por esta editorial, como “¡No lo toques!”, “¡Vaya baño!” o “¡Vamos a vestirnos!”.

¡Hasta la semana que viene!

¿A qué sabe la luna?

Este mes se cumplen 20 años de la primera publicación en castellano de esta joya que ha devenido en clásico dentro de la literatura infantil. Me resistía a escribir una entrada por aquí para este álbum porque, imagino que, serán pocos los que no lo conozcan pero si, por un casual, todavía hay alguien y aprovechando su aniversario, aquí está: uno de mis cuentos para niños preferidos, como ya dije en la primera entrada que realizaba en este blog ya hace 2 años. Y sí, mira por dónde, se convierte así en una excelente y redonda celebración de mi segundo aniversario aquí, en “Ve lavándote los dientes”.

Y es que, como ya dije en su día, la primera vez que leí este cuento, me produjo una ternura difícil de describir. Y, cómo no, está ese trabajo en equipo de todos los animales que, subiéndose unos en los lomos de otros, intentan coger un trozo de luna para saber a qué sabe. Pero, como esto es sumamente obvio y yo me resisto a ver el aspecto moralizante en los cuentos infantiles, siempre he creído que lo importante en este cuento era la magia que hace que todos esos animales que, en la vida real, son enemigos y depredadores y depredados, esa noche se junten para degustar un trocito de luna. Una luna que les sabrá a aquello que más les gusta a cada uno (yo, cuando leo este cuento a los niños les digo que a mí me sabría a panquemado de Alberic, un dulce, que si bien es típico en toda mi región, en este pueblo del sur de València, lo hacen inmejorable). Una magia que, con el estómago lleno, hace que se acurruquen unos contra otros y duerman tranquilos a la luz de esa luna, ahora menguante…

¿El final?, inexplicable pero divertido: un pez tonto que no entiende qué ha pasado, no comprende para qué los animales terrestres han empleado tanto esfuerzo porque, allí, reflejada en el agua, tenían una luna más cerca.

Genial, sencillamente, genial. Aún hoy, después de tantas y tantas veces leído, no solo el cuento sino también infinidad de reseñas al respecto, sigue provocándome una sonrisa cada vez que hablo de él…

En fin, “Wie schmeckt der Mod?”, lo escribió e ilustró a la perfección Michael Grejniec ya en 1993. En 1999, la editorial Kalandraka se encargó de su traducción y su publicación aquí en España, así que, ¡felicidades! y, nunca mejor dicho, ¡enhorabuena!

¡Hasta la semana que viene!

¿Todavía nada?

Ya son varios los libros que os he traído de este formidable ilustrador pero es que, lo que más me fascina de este hombre es precisamente esto: sus ilustraciones. Los textos son unas veces hermosos, otras divertidos, otras con trasfondo… Lo que tengo claro es que, si no fuera por esos personajes tan originales, seguramente hubieran pasado desapercibidos de tan sencillos que son.

En “¿Todavía nada?”, el señor Luis, compuesto por alambre, lo que parece una pieza de un engranaje de reloj como ojo y el embellecedor de algún mueble o el mango de alguna herramienta como sombrero, cava un hoyo y en él planta una semilla. A lo largo de varios días, Luis, acude a ver si ya ha crecido su planta con una actitud cada vez más impaciente. Bajo la tierra, nosotros vemos que la semilla ya ha germinado y comienza a crecer, pero Luis no lo puede ver y, día tras día, al ver que todavía no ha salido nada, le dice al pájaro que anda por allí: “Volveré mañana”. Al final, desesperado, abandonará la espera y hará mal porque, justo en ese momento, sale una flor que el pájaro arrancará para llevársela a su novia, por lo que, cuando finalmente vuelva Luis, al no ver ninguna planta, pensará que todavía no ha crecido nada…

Divertido, didáctico, decididamente encantador pero, sobre todo, extraordinario gracias, otra vez, a esas obras de arte que funcionan como ilustraciones en este álbum.

“Toujours rien”, lo ilustró y escribió Christian Voltz en 1997 y en 2003, la editorial Kalandraka lo tadujo al castellano aunque, como siempre, en esta editorial, lo podréis encontrar en los demás idiomas de la península.

Atrapados

Como bien dice su autor, “Atrapados, es un libro acerca de tratar de resolver un problema que crece tirándole cosas”. Y, sí, Floyd ve cómo la cometa con la que estaba jugando queda enganchada en las ramas de un árbol. Al principio tira de ella para intentar soltarla pero, como no puede bajarla, comienza a tirar cosas para hacerla caer (como todos hemos hecho en algún momento de nuestra vida).

Lo que comienza con el lanzamiento de un zápato, pronto se convierte en un divertido absurdo en el que el niño lanza objetos cada vez más grandes sin conseguir su propósito. Hasta un camión de bomberos que acude a ayudar, es lanzado qudando encalado también junto a un orangután, una casa, una ballena y demás despropósitos . Al final, el niño acude con un serrucho pero, contrariamente a lo que el lector espera, lo lanza también y, esta vez, sí consigue que caiga la cometa… pero solo ella… Floyd se va contento entonces a seguir jugando con su juguete recuperado pero, por la noche, cansado, se va a dormir con una rara sensación de que algo se le ha olvidado…

“Stuck”, lo escribió e ilustró Oliver Jeffers en 2011. Ese mismo año lo publicó en español el Fondo de Cultura Económica (FCE) de México y, en catalán, lo hizo Andana Editorial.

Si queréis ver el libro leído por su autor, aquí tenéis un enlace en el que lo podréis disfrutar. ¡Hasta la semana que viene!

Can I build another me?

Un niño, hastiado por los deberes y tareas que los adultos le mandan, decide gastar sus escasos ahorros en un robot que se haga pasar por él. De camino a casa, el robot le asegura que es capaz de ello pero que necesita hacer una lista de cosas sobre él. El niño comienza con una descripción de lo que viene a ser su físico pero, el robot necesita saber cosas como lo que le gusta o lo que le disgusta, o lo que puede o no puede hacer… en fin todo aquello que le hace ser Kevin (así se llama el niño) y no otro niño. Así que, con gran esfuerzo, el niño piensa y se va describiendo a sí mismo hasta que llegan a casa justo en el momento en el que el robot dice estar perfectamente preparado para fingir ser él. Pero, en el momento en que el robot encuentra a la madre y le dice: “Hola, soy Kevin!”, esta le responde: “Who on earth are you?” (¿Quién diablos eres tú?)… Nadie, nadie, se puede hacer pasar por ti, porque eres único e insustituible, con tus virtudes pero también con tus defectos: eres tú…

“Can I build another me?” lo escibió e ilustró Shinsuke Yoshitake en 2014 y, un año después, lo publicó por primera vez, traducido del japonés, la editorial Thames & Hudson. En castellano todavía no lo tenemos, como hace unas semanas os dije que ocurría con otro libro suyo, pero, mientras alguna editorial se decide y si os manejáis algo con el inglés, lo podéis ir disfrutando. ¡Hasta la semana que viene!