Un hada descontrolada

Si bien, el texto no es que tenga mucha miga, sin embargo, la combinación con las ilustraciones consigue un resultado divertido. Simplemente, la niña Marga, disfrazada de hada con varita mágica, queda a jugar con su amiga Hortensia . Las niñas empiezan a jugar a los hechizos y, Marga comprueba estupefacta cómo todos sus deseos se convierten en realidad. Pero la cosa comienza a írsele de las manos mientras su amiga no para de reírse, así que muy enfadada, le lanza un hechizo por el que convierte a Hortensia en sapo para, acto seguido, arrepentirse y, de nuevo enfadada, romper la varita. Triste porque ha roto la varita y ya no puede devolver a su amiga a su estado habitual, regresa a casa dispuesta a confesárselo a la madre de Hortensia. Cuando llegue, descubrirá que su amiga, que sí es una bruja, ha estado toda la tarde divirtiéndose a costa de ella.

Y, claro, contado así, no tiene tanta gracia (bueno, ninguna gracia), pero como ocurre muchas veces con los álbumes de Bouchard, las ilustraciones son tan buenas que mejoran considerablemente el cuento. De nuevo, ilustraciones a tinta en los que tan solo destacan a color algunos personajes en cada página. Siempre con reminiscencias de Quino o Sempé: estupendo.

“L’après-midi d’une fée”, lo escribió e ilustró André Bouchard en 2015 y un año después lo tradujo al castellano la editorial Luis Vives.

¡Hasta la semana que viene!

Con los pies en los zapatos

En la época que descubrimos a Pablo Albo, nos entró un deseo mezclado con ansiedad de hacer acopio de todo lo que había escrito por miedo a que se dejara de publicar, que ya sabéis qué pasa con la literatura infantil, que es un visto y no visto. Así que dimos con un libro de lecturas para alumnos de 2º de primaria cuyo texto había escrito también él. Nos resultó un poco extraño comprarlo porque, entonces, nadie en casa tenía esa edad pero, bueno, así tranquilizábamos nuestro espíritu.

El hecho es que, cuando lo leímos, pensamos en lo afortunados que serían aquellos niños que tuvieran ese libro de lecturas en clase. Afortunados y privilegiados porque, sí, es un privilegio aprender a leer con un autor que transmite esa diversión, esa informalidad en la palabra escrita, perdiendo todo el arcaico respeto, jugando con el texto y las palabras de forma que convierte el aprendizaje en un juego.

En fin, que cada vez que hablo de Albo, pierdo el hilo de lo que quería decir…

En un mundo en el que casi todo está por inventar o descubrir, los zapatos sí que están inventados pero no con el propósito actual: los zapatos se usan como viviendas, vajilla o sombreros. Claudia, será la primera persona que los use de manera fortuita en los pies, no sin antes pasar por un sinfín de absurdos y anécdotas junto a su hermano, un joven que quiere descubrir mundo y con quien guarda una relación muy tierna.

Tierno, divertido, absurdo, con unas ilustraciones que acompañan de manera perfecta y con mucha frescura al texto reproduciendo con total fidelidad lo que se está leyendo.

Con un sello inconfundible, Pablo Albo, escribió “Con los pies en los zapatos” y lo ilustró Adolfo Serra por encargo de la editorial Edelvives en 2011. ¡Hasta la semana que viene!

La historia de la manzana roja.

Un tendero que engaña a su cliente vendiéndole una manzana de plástico como si fuera la más deliciosa de las frutas. A partir de aquí, comienza toda una concatenación de acontecimientos afectando a la justicia en los actos de uno mismo porque, al final, el inocente cliente disfrutará de una deliciosa manzana sin haberse percatado de nada y el tendero perderá, a la vez, otra que estaba madurando en en el manzano de su jardín. Cómo ha llegado la manzana del jardín del tendero hasta el alféizar de la ventana del buen hombre es algo imposible de exlpicar por aquí y no tendría sentido ni gracia intentarlo: tendréis que leer el libro, pero vale la pena.

“Sagan om det röda äpplet”, lo escribió e ilustró Jan Lööf en 1974 y en 2008 lo tradujo al castellano la editorial Kalandraka.

¡Hasta la semana que viene!

Redondo

Como todo lo de Pablo Albo: divertido, absurdo, fantástico, exagerado… “Redondo” un libro troquelado con forma redonda (cómo no), lo que lo hace inconfundible en una librería. Una mariquita que vive, sin saberlo, sobre una sandía, decide un día hacer las maletas y salir a ver mundo. Pero un balón de unos niños choca con la sandía haciendo que el insecto salga disparado y comience así un viaje accidentado en el que va saltando de un sitio a otro hasta caer en un libro redondo que lee una mujer en un jardín y cuyo protagonista es una mariquita que decide salir a conocer mundo… redondo, con un final en su mismo inicio que cierra un círculo perfecto.

Y todo en verso, con rimas divertidas e inusitadas. Las ilustraciones acompañan con su desenfado y comicidad perfectamente al texto y, desde luego, el diseño redondo del libro que, además, obliga a una distribución original de texto y dibujos en su interior, resulta de lo más original.

En fin, como siempre, recomendable, “Redondo” lo escribió Pablo Albo y lo ilustró Lucía Serrano en 2011, año en que la editorial Thule lo publicó.

¡Hasta la semana que viene!

The Cat in the Hat

Aunque ya he traído alguna vez algo de Dr. Seuss por aquí, se me hace difícil repetir con este autor porque es muy raro encontrar buenas traducciones de sus libros. De hecho, en este caso, recomiendo encarecidamente leerlo en inglés, su idioma original.

Y es que lo peculiar de este autor, aparte de sus geniales personajes fantásticos que ilustran todos sus libros haciéndolos tan característicos, lo peculiar, digo, es el texto en verso tan y tan surrealista y gamberro que también constituyen su firma. Así que, un texto con estas características, se convierte en tarea difícil para un traductor. Las veces en que la versión en castellano ha merecido la pena, demuestra, no solo el dominio de la disciplina por parte del traductor, sino la imaginativa, el ingenio para que, irremediablemente, se pierda la traducción literal pero, no así la rima y el contenido loco, absurdo que hacen tan encantadores los escritos de Theodor Seuss.

Me consta que se han publicado más traducciones pero, francamente, la edición en castellano de 1967 bien merece obviarla. Pero bueno, lo dicho, os aconsejo que lo leáis en inglés para, así, no perder la frescura y la rima original. Vale la pena.

“The Cat in the Hat”, lo escribió e ilsutró Theodor Seuss Geisel, Dr. Seuss, en 1957 convirtiéndose en un clásico que edita una y otra vez, como bien se merece, la editorial Random House en su colección Beginner Books.

¡Hasta la semana que viene!

El oso que no estaba

Un álbum surrealista, con un personaje, el oso, que aparece de la nada y trata de descubrirse a sí mismo, ya que no recuerda o no sabe nada de él mismo y, lo que va conociendo, le gusta. Como quien sale un día de casa y va juntando pistas acerca de su propia personalidad y todo lo que reúne es de su agrado y por tanto, es feliz. Un hacer tabula rasa contigo mismo y comenzar a quererte, a entenderte y quererte tal como eres. Bonita iniciativa…

Claro que la historia no es tan concreta ni clara, esto es lo mejor de este álbum. El sinsentido te hece sonreír, te hace seguir leyendo y te hace encariñarte con ese oso tan sincero, tan sencillo, sin complejos ni complicaciones… es fácil quererse…

En fin, “Der Bär, der nicht da war”, lo escribió el polifacético, Oren Lavie, en 2014 y, en 2015, Barbara Fiore Editora, lo publicó en castellano.

¡Hasta la semana que viene!

El topo que quería saber quién se había hecho aquello en su cabeza.

Uno de los álbumes más conocidos de los ilustrados por el gran Wolf Erlbruch y uno de los preferidos, siempre, por los niños por el tema escatológico en cuestión y que tanto gusta a esa edad.

Seguro que ya lo conocéis: un topo que se despierta con un excremento encima de su cabeza e, indignado, comienza por toda la granja a buscar al responsable con un firme propósito de venganza que, finalmente, llevará a cabo.

Divertido, espontáneo, irreverente y editado en diferentes formatos de los cuales destacaría la edición pop-up en la que, moviendo las pestañas, los niños juegan con los escrementos de los animales, ¡genial!

“Vom kleinen Maulwurf, der wissen wollte, wer ihm auf den Kopf gemacht hat”, lo escibió Werner Holzwarth y, como ya he dicho antes, lo ilustró Wolf Erlbruch en 1989 y, ya en 2007, lo tradujo al castellano la editorial Alfaguara.

¡Hasta la semana que viene!

El sultán y los ratones

Un cuento en cadena, un cuento circular, un cuento con repeticiones de las mismas frases en cada página creando uno de esos ritmos tan atractivos para los niños.

Un sultán que tiene el palacio lleno de ratones y esto le crea un problema dado que lo que más le gusta a este sultán es el queso. Así que manda reunirse a sus consejereos para que hallen una solución, y estos deciden llenar el palacio de gatos. Pero los gatos arañan al sultán, así que llevan perros. Pero lo perros ensucian el palacio, así que se desharán de ellos con unos leones… y, de estos… bueno, con unos elefantes que ocupan todo el palacio… y, ¿cómo deshacerse de unos elefantes? Sí, con unos ratones…

Ilustraciones muy curiosas creadas a partir de un collage con elementos de lo más variados y que invitan a detenerte en cada página para descubrir de qué objetos se ha servido la artista para crear a uno y otro personaje. Muy interesante, sí, texto y láminas.

Basado en un cuento poular árabe, Joan de Boer, escribió en 2005 de esta manera tan acertada “El sultà i els ratolins” y, de esta manera también, Txell Darné lo ilustró. Ese mismo año, OQO Editora se encargó de publicarlo, también, en castellano.

¡Hasta la semana que viene!

Arrivederci, Crocodile or see you later Alligator.

Y, si la semana pasada os traía “Yo, Cocodrilo”, hoy os traigo la segunda parte de las aventuras de este singular reptil, quien, escondido entre el cortejo de Napoleón, sigue al que ya suponemos emperador, hasta Venecia. Allí, encontrará un ambiente más distendido y afable entre sus ciudadanos. Y, mientras Bonaparte sigue con sus saqueos de obras de arte, esta vez en la ciudad italiana, Cocodrilo, es invitado a formidables manjares. Y es que, es carnaval en la ciudad de los canales y Cocodrilo es confundido por una persona estupendamente disfrazada, hasta tal punto que lo invitan también al gran baile de esa noche. Y él acude… pero Napoleón también… y lo reconoce… y lo reclama… pero la muchedumbre se pone de parte de Cocodrilo y le ayudan a huir. Y esta vez se esconde en los canales, donde tendrá más libertad, entre otras cosas, para elegir sus bocados entre los que pudiera estar el mismo Napoleón, quien aparece en la última página intentando salir del canal al que ha caído y que, todo hace pensar, formará parte del primer bocado de Cocodrilo.

En 2001, Fred Marcellino, murió después de una larga enfermedad. En ese momento, estaba trabajando en “I, Crocodile” y “Arrivederci, Crocodile or see you later Alligator” y, este último lo dejó inacabado. Pero, en diciembre de 2006, se anunció que sería acabado por el ilustrador Eric Puybaret y publicado por la editorial Atheneum en septiembre de 2019. Y aquí estamos, acabando septiembre, sin haber podido esperar a su traducción al castellano pero disfrutándolo en su idioma original: os lo aconsejo.

Bien, pues, hasta la semana que viene.

Yo, Cocodrilo

No me decidía a traer este álbum por aquí porque no es que destaque por nada en concreto. Sin embargo, es un libro que he leído muchas veces y no sé muy bien por qué. Tal vez porque el protagonista es un cocodrilo, un cocodrilo que nos cuenta en primera persona cómo era su vida en Egipto antes de que los franceses llegasen a su tierra para esquilmarla de todo aquello que hoy en día podemos disfrutar, tan solo, pagando una entrada de museo. Incluso, él mismo es capturado y llevado, en un viaje demasiado largo, hasta París, hasta la fuente de unos jardines.

Su vida allí, al principio nueva y glamurosa, pronto se convierte en aburrida y denigrante cuando la ciudad empieza a olvidarse de él. Un buen día Napoleón pasea por lo jardines junto a unos invitados y una de las damas le sugiere matar al cocodrilo y cocinarlo siguiendo una receta egipcia. Decidido a saborear dicho plato, el emperador (o todavía primer cónsul, porque la historia empieza en agosto de 1799) manda sacrificarlo para la hora de la cena. Pero, Cocodrilo, logrará escapar de su jaula y refugiarse en las alcantarillas de la ciudad y, así, de paso, nos enteramos de la importancia que tuvo Napoleón en el trazado del alcantarillado parisino. Y, ¿qué comerá a partir de entonces? La respuesta aparece en las últimas páginas, cuando una de esas presuntuosas damas que debían pasear por Tullerías (se ve el palacio al fondo de la ilustración), cae por una trampilla de alcantarilla que “alguien” ha dejado abierta…

Así de histórico, divertido e irreverente resulta este cuento. Y, he aquí cómo han surgido todas las razones por las que, una y otra vez, sale de la estantería y me mueve a la risa sin saber exactamente por qué…

En fin, “I, Crocodile” lo escribió e ilustró Fred Marcellino en 1999 y un año después lo publicó en castellano la Editorial Juventud.

¡Hasta la semana que viene!