Científicas. Pasado, presente y futuro.

Antes de que se me olvide, llevo días queriendo compartir por aquí una de esas iniciativas que merecen la pena hacerse eco y, que por mi parte, siempre tendrán un “huequín”, aquí, en “Ve lavándote los dientes”. Y es que, un grupo de cinco mujeres y un hombre, científicos de la Universidad de Sevilla, fueron los responsables de la obra de teatro homónima en la que las cinco investigadoras protagonizaban la vida de cinco investigadoras del pasado para, después, hablar de su propio trabajo hoy en día.

Pues bien, esta magnífica iniciativa, también se puede leer en cómic que, además, te puedes descargar e imprimir gratis en este enlace. Porque lo que importa de esta iniciativa es su divulgación, por supuesto…

Además, también disponéis de un corto, que es una versión reducida de la obra y que os dejo aquí:

Científicas. Pasado, presente y futuro“, fue una idea original de Francisco Vega cuyo guión escribió junto a las cinco mujeres que después la representaron: Isabel Fernández, Clara Grima, Mª José Jiménez, Adela Muñoz y Mª del Carmen Romero. Las ilustraciones del cómic son de Raquel García Ulldemolins, Raquel Gu.

Pues, nada, que lo descarguéis y disfrutéis de su lectura como yo lo he hecho. Vale la pena. ¡Ah!, y no os olvidéis de compartirlo. ¡Hasta la semana que viene!

Bonitas

Uno más para demostrar que las mujeres no tenemos por qué ser delicadas, frágiles y estáticas. Unas niñas que juegan, se ensucian, imaginan, investigan… viven, al fin, y dan un vuelco al significado de bonitas como epípeto de la mujer. Cambian esa vida sumamente aburrida y cursi que desde pequeñas se nos enseña a llevar por esa otra más divertida y que, sin duda, tienen opción de elegir. Las ilustraciones, son las que dan ese doble sentido al texto, el cual se va mostrando como si fuera una transcripción de aquellos libros del siglo pasado en los que se nos enseñaba a ser unas perfectas señoritas. Texto e ilustraciones van cogidas de la mano en un trabajo sincronizado a la perfección.

Un libro dedicado especialmente a las niñas pero que los niños debieran leer para entender que sus compañeras son eso: compañeras en juegos, risas y de más. Y, a lo mejor, podríamos hacer la lectura contraria en la que los niños se sientan libres de elegir una vida más tranquila, más estética; que tengan libertad de elegir no jugar a determinados deportes de masas (con el máximo sentido peyorativo de esta expresión) y entiendan que pueden no tener que pelear ni comportarse irracionalmente para demostrar que son hombres. Pero para esto hace falta, quizás, otro libro más directo… Y ahí va otra de mis peticiones a escritores y editoriales…

“Beautiful”, lo escribió Stacy McAnulty y lo ilustró Joanne Lew-Vriethoff en 2016 y, el año pasado, la editorial Astronave, lo publicó en castellano.

¡Hasta la semana que viene!

Arturo y Clementina

Esto lo he visto en los dos sentidos. Es decir: ese menosprecio, subestimar a la pareja, maltratarla con el fin de destacar. Achantar, reírse del otro para demostrar que tú eres más… ¡pobre!, menos mal que me tienes contigo porque, si no, qué sería de ti… Cada vez que veo este comportamiento, insisto, de uno y del otro lado, me da vergüenza ajena. Una persona capaz de comportarse así con la persona que (dice) más quiere, solo demuestra una inseguridad cubierta de mezquindad, egolatría, deslealtad… vaya, que despierta en mí lo mejor…

Y, sí, he visto a hombres tratando así a sus mujeres, pero también he visto a mujeres ridiculizando a sus hombres y me ha dado igualmente rabia y vergüenza. Pero, claro, es más dramático cuando una de estas personas a las que les cuentan estas patrañas, se queda en casa convencida de que no sirven para nada, que todo lo hace mal, que no es capaz de valerse por sí misma. Y tienen miedo, y se lo creen, y se sienten al principio agradecidas por tener a alguien que les cuide, pero al final entristecen, y no saben por qué… si lo tienen todo… Y, sí, generalmente, estas personas son mujeres, y no hombres…

Clementina, al final, despierta; deja de escuchar a Arturo; le pesa tanto la casa que, literalmente, lleva a cuestas que decide irse a ver mundo para poder tocar su flauta y poder pintar sus cuadros.

Tremendo y valiente este álbum para niños de los años 70 del siglo pasado en el que animaba a las lectoras a creer en sí mismas y a ser valientes para abandonar al hombre que no las dejara crecer. ¡Bravo!

“Arturo e Clementina” lo escribió Adela Turín y lo ilustró Nella Bosnia en 1976. El año pasado, en 2018, la editorial Kalandraka lo reeditó para seguir inspirando, que todavía hoy hace falta…

En fin, hasta la semana que viene…

Me llamo Pecas.

Los Reyes me han traído un álbum del cual llevaba leyendo muchas reseñas y tenía ya ganas de tener. Un libro en el que el o la protagonista, porque no se sabe su sexo en ningún momento, no entiende los estereotipos acerca de lo propio de cada sexo como algo definitorio y que, lejos de ser algo natural, se han ido conformando en nuestra sociedad de una manera del todo retorcida y artificial. Y lo peor de todo, es que hemos ido aceptándolo sin preguntar por qué y así nos va…

Pero, Pecas, sí lo pregunta. Por qué el azul es de chicos y el rosa de chicas, por qué hay juegos o juguetes de niños y otros de niñas, por qué los niños tienen que llevar el pelo corto y ellas largo (conozco una personita que tiene un problema con este asunto… bueno, ella no, los demás)… en fin, por qué… y nadie le responde porque no lo saben.

Raquel Díaz Reguera es, de nuevo, la responsable de hacernos reflexionar sobre estas diferencias absurdas que irremediablemente nos llevan a otras de más calado y que sí importan. Siempre buscando el camino a la igualdad, sin ningún sexo preponderante. Animo a leerlo.

Así pues, “Me llamo Pecas”, lo escribió e ilustró Raquel Díaz Reguera y en 2018 lo publicó la editorial Nube Ocho, una curiosa editorial que promueve una actitud de respeto a la diversidad. ¡Larga vida a estas editoriales!

Bueno, pues, hasta la semana que viene.