Un hada descontrolada

Si bien, el texto no es que tenga mucha miga, sin embargo, la combinación con las ilustraciones consigue un resultado divertido. Simplemente, la niña Marga, disfrazada de hada con varita mágica, queda a jugar con su amiga Hortensia . Las niñas empiezan a jugar a los hechizos y, Marga comprueba estupefacta cómo todos sus deseos se convierten en realidad. Pero la cosa comienza a írsele de las manos mientras su amiga no para de reírse, así que muy enfadada, le lanza un hechizo por el que convierte a Hortensia en sapo para, acto seguido, arrepentirse y, de nuevo enfadada, romper la varita. Triste porque ha roto la varita y ya no puede devolver a su amiga a su estado habitual, regresa a casa dispuesta a confesárselo a la madre de Hortensia. Cuando llegue, descubrirá que su amiga, que sí es una bruja, ha estado toda la tarde divirtiéndose a costa de ella.

Y, claro, contado así, no tiene tanta gracia (bueno, ninguna gracia), pero como ocurre muchas veces con los álbumes de Bouchard, las ilustraciones son tan buenas que mejoran considerablemente el cuento. De nuevo, ilustraciones a tinta en los que tan solo destacan a color algunos personajes en cada página. Siempre con reminiscencias de Quino o Sempé: estupendo.

“L’après-midi d’une fée”, lo escribió e ilustró André Bouchard en 2015 y un año después lo tradujo al castellano la editorial Luis Vives.

¡Hasta la semana que viene!

Los leones no comen pienso

Una muy divertida historia sobre Clementina quien, como sus padres no le dejan tener ni un perro ni un gato, decide llevar a casa, como mascota, un león. La niña se comporta con el animal como si de una mascota normal se tratara: lo saca a pasear, juega con él… pero, el león, se come a todas las personas que se encuentra por el camino. El final, del todo inesperado y original, es el responsable de explicar el título de este álbum.

Las ilustraciones son frescas y recuerdan, de algún modo, a las de Sempré o, incluso, a Quino, lo cual, para mí, siempre es un atractivo. Combinan, en una muy acertada estética, los dibujos en blanco y negro con unos personajes coloreados, de manera muy discreta, con tonos tierra.

El humor es absurdo y arriesgado (el león acaba comiéndose a la propia Clementina, pero no sufráis, que el final lo explica todo). En fin, me encanta descubrir álbumes con un humor inteligente como éste, os lo recomiendo.

“Les lions ne mangent pas de croquettes”, lo escribió André Bouchard en 2012. En el año 2014, lo publicó en castellano la editorial Edelvives y, aquí, en Bétera, lo podréis encontrar en su biblioteca.

¡Hasta la semana que viene!