El mar dijo ¡basta!

Y, en este momento en el que el cambio climático y sus devastadoras consecuencias, entran en las perversas “trending topics”, guardémonos de ellas. Reflexionemos y actuemos pero con inteligencia, con serenidad y perseverancia. Que nunca está de más que estos y otros temas preocupen cada vez a más gente pero ojo con el oportunismo de algunos sujetos que, lejos de preocuparse, sacan tajada del asunto… Y no hay nada más peligroso que la desinformación, el populismo y el movimiento en masas de manera irreflexiva… En fin, el ser humano…

Pero bien, para ayudar a formar personas con ese espíritu crítico tan necesario en la actualidad, siempre podremos acudir a libros tan reflexivos, tan educativos como el que traigo hoy. El mar está cansado, cansado de la cantidad de personas que navegan sobre él, de la cantidad de animales que viajan a través de él y, harto, pega una sacudida y con un magnífico tsunami, da la vuelta al mundo. Todos los comportamientos, todas las costumbres se vuelcan y un nuevo orden social, tanto humano como animal, nace y, por tanto, unos y otros se ven forzados a entenderse para poder convivir. Y, no es tan difícil: al fin y al cabo, tampoco somos tan diferentes…

Interesante, imprescindible lectura de mano de Comotto, quien siempre transmite algo de esa manera tan ingenua, tan sensible y tan hermosa como solo él sabe hacer. Ilustraciones expresivas, dinámicas y frescas que las hacen, también, inconfundibles.

Así que, sí, “El mar dijo ¡basta!”, lo escribió e ilustró Agustín Comotto en 2006 y, ese mismo año, lo publicó por primera vez la editorial La Galera.

¡Hasta la semana que viene!

La selva azul

Y me viene a la cabeza este otro álbum que me recuerda a aquello que se suele decir: “los árboles te impiden ver el bosque”. Un hombre que parte con su locomotora en busca de la Seva Azul de la que tanto a oído hablar. Obsesionado con su encuentro, se va perdiendo todo aquello que el viaje le va mostrando, incluso esos elefantes azules que surgen de la espesura azul y que, en su ceguera o pérdida de perspectiva, no logra ver. Tan solo el pez que le acompaña (azul, pero tampoco de esto se ha dado cuenta Edgardo) se percatará de que ya ha llegado y se quedará.

Unos dibujos en blanco y negro solo rotos por el color azul de la pecera y su habitante, que poco a poco se adentran en la Selva que cubre de azul las páginas dejando solo la locomotora de Edgardo en blanco y negro.

Genial como siempre, Comotto, escribió e ilustró este ingenuo álbum ilustrado en 2004 y, su publicación, corrió a cargo de Edicienes Ekaré.

¡Hasta la semana que viene!

La guerra perdida

¿En qué momento las personas dejan de entender el absurdo de las guerras? Porque, no es raro que un niño pregunte por qué se producen las guerras, o quién decide que dos países entren en guerra, o por qué esas personas que deciden no luchan entre ellas y dejan al resto en paz. Son muchas las veces que he oído estas reflexiones en boca de algún niño… y, en qué momento se olvidan de ellas y se vuelven combativos, irreflexivos. No estoy preguntando el por qué de las guerras, estoy preguntando en qué momento de la vida de esa persona hay una inflexión en la que el dinero pesa más que la vidas…

Y aquí llega otro álbum para educar pero también para mantener la memoria, para no dejar de hacernos estas preguntas tan simples, tan inocentes pero, a la vez, tan sinceras. En “La guerra perdida”, un general, a lomos de su caballo, busca una guerra pero, cuando intenta reclutar hombres para dirigirlos, nadie entiende la idea y el general no consigue que nadie le siga. Sin embargo, no desiste en su búsqueda y, por el camino, se encuentra con un almirante a bordo de su barco con el que, rápidamente, iniciará una batalla. Un batalla en la que, finalmente, ambos serán vencedores… o perdedores, según cómo se mire…

Comotto, utiliza unos textos tan sencillos, tan obvios, que mueven a la vergüenza del adulto por la simplificación del tema. Vergüenza por tener que admitir que, en definitiva, el peor comportamiento que nos define como ser humano es que, de una manera caprichosa, egoista y, en todo momento, incromprensible, somos capaces de matarnos entre nosotros… A este texto lo acompañan unas ilustraciones también sencillas, pero con esa sencillez tan característica que las convierte en sello inconfundible de este autor tan comprometido.

Agustín Comotto, publicó “La guerra perdida” y lo hizo a través de Thule Ediciones en 2008.

Bueno, ¡hasta la semana que viene!

El comelibros

El señor B. come todos los libros que tiene a su alcance sin hacer distinciones  entre autores o temas. Pero el problema lo tiene cuando sus camisas aparecen manchadas de letras. E intenta limpiarlas pero, cuando las tiende, las letras salen volando por encima de toda la ciudad para colarse, muchas de ellas, en la librería donde compra sus libros el último jueves de cada mes creando, así, un círculo difícil de romper.

Un auténtico devorador de libros. Una metáfora perfecta para recordar aquí, en “Ve lavándote los dientes”, el Día Internacional del Libro que, como bien sabéis, se celebró el pasado lunes, día 23.

Y resultan tiernas las ilustraciones en las que las letras vuelan y van cayendo sobre los tejados de la ciudad… invita a pensar en una democratización de la lectura… ¡bello pensamiento!

En fin, “El comelibros” lo escribió e ilustró el gran Agustín Comotto (tengo que traeros más cosas de este autor) en 2006 y, ese mismo año, lo publicó Ediciones del Eclipse. ¡Hasta la semana que viene!