Como cada mañana

Hoy os voy a hablar de uno de esos libros infantiles que, más que un cuento, es una obra de arte. De hecho, si visitáis la página web de Christian Voltz, os daréis cuenta de qué os hablo. Entre su trabajo encontramos cerámica, dibujos y, afortunadamente, libros infantiles. Y digo “afortunadamente” porque es una delicia hojear sus álbumes descubriendo cómo y qué ha utilizado para crear cada uno de sus personajes. Su trabajo es a base de alambres a los que da forma y objetos reciclados a los que les da una función especial en el contexto de la ilustración.

El descubrir las imágenes en las páginas de sus libros supone un gran entretenimiento ya de por sí, pero es que, además, los textos, aunque muy sencillos, están cargados de connotaciones, como es el caso del libro que os traigo hoy.  “Como cada mañana” (1998) nos cuenta la vida monótona y aburrida del Señor Leoncio quien ve como todo se le viene abajo el día en que, por error, se pone una corbata amarilla en vez de gris para irse a trabajar… Y es que, a veces, minúsculos cambios en nuestra vida (voluntarios o no) pueden hacer nuestro día a día mucho más emocionante y, al final, en esto consiste la felicidad, ¿no?.

“Como cada mañana”, fue publicado en 2004 por la editorial Kalandraka. Y, bueno, que tengáis una semana repleta de minúsculos cambios en vuestra vida… Hasta la semana que viene.

Huevos verdes con jamón

A través de sus característicos personajes, Theodor Seuss Geisel, más conocido por su pseudónimo, Dr. Seuss, nos cuenta, rimando, en “Huevos verdes con jamón” (1960), una loca historia, con no mucho sentido. Un personaje llamado Juan Ramón, persigue y acosa a otro, del que no sabemos su nombre, con un plato con unos huevos verdes con jamón insistiéndole para que se los coma. Y un tema tan absurdo, se vuelve, sin embargo, muy divertido gracias a las rimas y a las ilustraciones, tan repetidas en todos sus libros, de esos personajes imaginarios y con ese aire tan loco.

Porque en los libros de Dr. Seuss, lo de menos es lo que cuenta, lo que importa es lo divertidos y frescos que resultan su lectura y sus personajes imaginarios.

Una recomendación para leer a Dr. Seuss: si entendéis un poquito el inglés, os aconsejo encarecidamente que lo hagáis en su idioma original. No siempre se han traducido bien los versos de sus libros y algo que en inglés resulta fresco y divertido, mal traducido al castellano resulta ser un sin sentido. No obstante, la traducción que hizo Aída E. Marcuse de “Green eggs and ham” para la editorial Lectorum en 1992, está muy conseguida.

Leed y leedles a este clásico de la literatura infantil, os gustará y se reirán, seguro. Y también podéis ver algo de cine basado en uno de sus libros: “Horton”, de 20th Century Fox y Blue Sky Studios, una película de animación que, sin duda, os recomiendo.

¡Vale!, pues, hasta la semana que viene…

El pato y la muerte

Ya llevaba mucho tiempo queriendo escribir sobre literatura infantil. Y es que, no solo me gusta leer a mis hijos, es que disfruto enormemente cada vez que elijo un cuento para comprarme, o cada vez que tengo unos minutos para pasar por la biblioteca y descubrir, en la sección infantil, algún título nuevo. Y esto tenía que compartirlo…

Me propongo cada semana enseñaros una de estas joyas, y voy a empezar con “El pato y la muerte”, de Wolf Erlbruch. En algunas ocasiones, cuando he leído un cuento infantil, he sentido una ternura difícil de describir. Me pasó en su día cuando leí por primera vez “A qué sabe la luna”, o “Frederick”, del que en otra ocasión os hablaré. Con “El pato y la muerte”, ya hacía mucho tiempo que no tenía esta sensación y, al leerlo, supe que era el momento de empezar con el blog…

Las ilustraciones, aunque muy sencillas, no dejan de ser hermosas. La muerte aparece como un esqueleto amigable e, incluso, simpático que acompaña a un pato en sus últimos días de vida. Entre los dos se crea una amistad en la que el pato cuida de la muerte y le va enseñando el lugar donde ha vivido y añorará el día que desaparezca. La muerte, por su parte, se limita a descubrir ese mundo y a contestar aquellas preguntas que, lógicamente, el pato le va haciendo.

Erlbruch consigue tratar un tema tan delicado y, en tantas ocasiones, tabú, con una naturalidad y ternura que hace que los niños puedan leer un cuento relacionado con la muerte sin miedos y sin absurdas explicaciones a algo que todos desconocemos: la muerte “es”, independientemente de todo aquello que siempre hemos escuchado del cielo, el infierno y de más, y esta es la única certeza a la que debemos acercar a los niños. Sin miedos, sin confusiones e intentando hacer más pequeñito el sufrimiento que, inevitablemente, tendrán el día que se enfrenten a ella por primera vez.

Un cuento hermoso que recomiendo en su totalidad y que podéis encontrar publicado por la editorial Barbara Fiore Editora (2007). Mis paisanos, además, lo podéis encontrar en la biblioteca municipal de Bétera.

Y, en fin, aquí queda, pues, mi primera sugerencia pero, hay muchas más y, poco a poco, os las iré contando… Hasta la próxima semana.