Es curioso como, algunas veces, estos álbumes ilustrados sin palabras, comunican mucho más que largos textos de muchos libros. Y es que en “Las estaciones”, se nos describe eso, el paso de las estaciones en un prado con un árbol. Y, a simple vista, pareciera que no cuenta nada más que, en otoño se le caen las hojas, en invierno se cubre de nieve y, en primavera y verano, recupera la vida. Pero es mucho más que esto porque, si te fijas en cada uno de los dibujos, pronto descubres una ardilla, un nido con pájaros o, incluso, una lagartija que te cuentan cómo es su vida a lo largo de un año. Y, si lo haces algo más, ves hasta las gramíneas o un diente de león florecer, fructificar y esparcir sus semillas. Puedes pasar largo tiempo recorriendo sus páginas, mirando, escrutando cada personaje, vegetal o animal, del libro. Es como si a lo largo de un año, día tras día y desde una ventana, observaras la misma escena, el mismo paisaje obligado a cambiar por el clima.
Y, claro, se convierte en el álbum ideal para un niño cuando les están enseñando las estaciones del año y sus cambios en la naturaleza, pero también sigue siendo una delicia hojearlo años después…
Pues bien, “L’albero”, lo creó, porque esto es algo más que dibujar, Iela Mari en 1973 (de hecho, sí, esas tintas planas recuerdan la estética de aquellos años en los álbumes infantiles), pero no fue hasta 2007 cuando la editorial Kalandraka se encargó de su publicación aquí en España.
¡Hasta la semana que viene!