Bonitas

Uno más para demostrar que las mujeres no tenemos por qué ser delicadas, frágiles y estáticas. Unas niñas que juegan, se ensucian, imaginan, investigan… viven, al fin, y dan un vuelco al significado de bonitas como epípeto de la mujer. Cambian esa vida sumamente aburrida y cursi que desde pequeñas se nos enseña a llevar por esa otra más divertida y que, sin duda, tienen opción de elegir. Las ilustraciones, son las que dan ese doble sentido al texto, el cual se va mostrando como si fuera una transcripción de aquellos libros del siglo pasado en los que se nos enseñaba a ser unas perfectas señoritas. Texto e ilustraciones van cogidas de la mano en un trabajo sincronizado a la perfección.

Un libro dedicado especialmente a las niñas pero que los niños debieran leer para entender que sus compañeras son eso: compañeras en juegos, risas y de más. Y, a lo mejor, podríamos hacer la lectura contraria en la que los niños se sientan libres de elegir una vida más tranquila, más estética; que tengan libertad de elegir no jugar a determinados deportes de masas (con el máximo sentido peyorativo de esta expresión) y entiendan que pueden no tener que pelear ni comportarse irracionalmente para demostrar que son hombres. Pero para esto hace falta, quizás, otro libro más directo… Y ahí va otra de mis peticiones a escritores y editoriales…

“Beautiful”, lo escribió Stacy McAnulty y lo ilustró Joanne Lew-Vriethoff en 2016 y, el año pasado, la editorial Astronave, lo publicó en castellano.

¡Hasta la semana que viene!

Loba

Loba es madre adoptiva, es mujer, es rara y se siente rara. Vive sola para ocultar esa rareza que hace que sus cabellos se inflamen cuando se deja llevar por sus emociones. Piensa que está mal, intenta apagarlos, intenta encajar pero no lo consigue. Por eso sigue sola en el bosque, junto a sus cachorros zorros. Pero llega un día en que conoce al hombre lobo y su mundo cambia porque encuentra a quien le complementa, a quien no solo la acepta tal como es sino que le ayuda a ceptarse a sí misma, porque también él está aprendiendo a hacerlo.

No sé si es muy apropiado para los niños, no por nada, pero es que no estoy segura de que puedan entender plenamente el texto. La lástima de estos libros es que su formato hace que parezca que están dirigidos a los más pequeños pero solo los más mayores pueden entenderlo y, a estas edades, esta estética deja de ser atractiva para ellos. Y son muchas las veces que me encuentro este problema: verdaderas bellezas que pasan desapercibidas ante los ojos de quien podría disfrutarlas. Libremos de prejuicios a la lectura de álbumes ilustrados porque nunca se sabe qué puedes encontrar dentro. Así que, sí, “Loba” lo recomiendo a adolescentes que no se encuentran, a adultos que no encajan en esta sociedad y tienen el alma limpia y libre, porque así es su protagonista.

Sus ilustraciones se enredan con la naturaleza. La figura de la loba se camufla en el bosque entre sus ramas, sus hojas y sus colores otoñales. De nuevo las imágenes se vuelven imprescindibles para el texto.

“Louve” lo escribió e ilustró Fanny Ducassé (que, físicamente, es clavada a su personaje) en 2014. Un año después, lo publicó en castellano la editorial Los cuatro azules.

Cuando las niñas vuelan alto

Es raro que hable de un autor del cual he escrito una entrada recientemente, pero es que hay gente que, desde su trabajo, contribuye de gran manera a que este mundo cambie. Y como yo soy de esas que piensan que, si quieres que el mundo mejore, tienes que intentar cambiarlo desde tu día a día, desde tu trabajo, haciendo que cada cosa que hagas tenga un sentido hacia esa mejoría, pensé que debía hacer una excepción.

Raquel Díaz Reguera pone su granito de arena en cada álbum que crea para alcanzar la igualdad entre el hombre y la mujer, para que las mujeres se valoren a sí mismas como se merecen. Esta mujer consigue que la nueva generación de mujeres y de hombres comiencen a crecer sin prejuicios y en la equidad.

Adriana, Jimena y Martina tienen grandes sueños sobre su futuro pero, la banda de don NOLOCONSEGUIRÁS, una banda de malos malísimos, emplea todo su tiempo en esconder entre la ropa y bolsas de las niñas, un montón de piedras para que no puedan volar y, así, que no logren alcanzar sus sueños. El señor SIQUIERESPUEDES, que es el que teje las alas para que las niñas puedan volar, será el encargado de acabar con este sinsentido.

Aunque muy obvio y directo, me parece perfecto para comenzar a cambiar el mundo desde la infancia que, como ya he dicho en otras ocasiones, creo que es la única manera de hacerlo.

“Cuando las niñas vuelan alto”, lo escribió e ilustró Raquel Díaz Reguera en 2017 y, ese mismo año, lo publicó la editorial Lumen. Además, también lo podéis encontrar traducido al catalán (Quan les nenes volen alt). ¡Hasta la semana que viene!

Yo voy conmigo

Y siguiendo con el tema de aceptación de uno mismo, hoy uno más pero, esta vez, para aprender a querernos y a no cambiar de manera tan gratuita por los demás. “Yo voy conmigo”: una niña enamorada y aconsejada por sus amigos, comienza a cambiar para que Martín se fije en ella. Cuando ya ha renunciado a su “yo”, se ha quitado hasta las alas y los pájaros de su cabeza le han abandonado, entonces, Martín le mira y le sonríe. Pero, ella misma ya no se reconoce, así que, poco a poco, se va reconstruyendo hasta conseguir que sus pájaros vuelvan.

No hay mucho que explicar: un buen libro con muy buenas ilustraciones para educar en el respeto por uno mismo, para aprender a querer a las personas por sí mismas, sin intentar cambiarlas… en fin, muy recomendable.

“Yo voy conmigo” lo escribió en 2015, Raquel Díaz Reguera, y ese mismo año lo publicó, también en catalán, Thule Ediciones.

Hasta la semana que viene.

Lo que no vio Caperucita Roja

Llevo varios días reflexionando (y mucho) acerca de un tema que esta última semana nos ha estado preocupando a todos (a todos y a todas. Aquí sí quisiera hacer esta puntualización, porque, sí, los hombres se han preocupado tanto como nosotras) y, las opiniones leídas aquí y allá, me han llevado a escribir esta entrada no prevista (al menos de momento).

“Lo que no vio Caperucita Roja” o “Desmontando un clásico III“. Porque, si revisamos las enseñanzas que tuvimos de niñas, es para echarse a temblar. Recuerdo una canción que me enseñaron cuando todavía estaba en párvulos y que, sin embargo, me marcó tanto que todavía la puedo recitar en su mayor parte. No os voy a aburrir con la letra que, básicamente, canta el cuento que todos conocemos, pero sí que quisiera que conocierais el final de esta canción, donde, con una variación del clásico, es el Hada de los Bosques quien salva a Caperucita y le ragaña:

“Caperucita, no te vuelvas a escapar sin permiso de mamá, porque en el bosque hay lobos que parecen caballeros de verdad.”

Da qué pensar… Quiero proteger a mi hija (¡quién no?), pero no me gustaría educarla así, con miedo hacia el hombre, con desconfianza…

Uno de los comentarios que he leído estos días y que más me ha gustado, provenía de un hombre. Venía a decir que quería que las mujeres pudieran hacer todo aquello que él, como hombre, podía hacer y que, además, lo hiciéramos sin miedo… Sí, definitivamente, eso es lo que quiero yo para mí y para mi hija.

Pero creo que, hoy más que nunca, os necesitamos a los hombres para que defendáis este pensamiento delante de quien sea; para que tengáis tolerancia 0 ante cualquier, no ya acoso, ante cualquier comentario machista o sexista que oigáis de otros hombres.

Estos días, he llegado a la conclusión de que os necesitamos para esta labor. Para acabar con esos miserables, es necesario que hombres y mujeres luchen juntos. Ante algo así no podemos hacer diferencia de voces. No podemos ir las mujeres delante y solas, deben acompañarnos y debemos dejarnos acompañar.

Por mi parte, quiero desmontar las enseñanzas del hombre como depredador, como un ser violento, depravado y enemigo de la mujer. Quiero quedarme con la voz de muchos de vosotros que habéis gritado con nosotras estos días… es muy esperanzador…

Y bien, a lo que iba, aunque prefiero otras sátiras del cuento de Caperucita Roja, no está nada mal este álbum para ir desmontando, de una vez, este clásico. En él, los distintos personajes del famoso cuento dan su punto de vista acerca de la historia explicando, así, lo que realmente ocurrió.

Mar Ferrero escribió e ilustró “Lo que nunca vio Caperucita Roja” en 2013 y, este mismo año, la Editorial Edelvives lo publicó, aunque, posteriormente, ha habido más reediciones.

Y, no dejéis de ver, si no lo habéis hecho ya, “La increíble ¡pero cierta! historia de Caperucita Roja”, una película animada de Blue Yonder Films muy, muy recomendable para desmontar este clásico. ¡Hasta la semana que viene!

Sueños de lana

Ayer fue el Día Internacional de la Mujer. Y, yo no me considero una mujer feminista en el sentido actual de la palabra, no acabo de entender lo de “ellos y ellas”, o el deseo de prevalecer de algunas mujeres por encima del hombre… Soy más de una igualdad, de coexistir en este mundo que, inevitable y afortunadamente, tenemos que compartir … y, por esto, mé manifesté ayer.

No obstante todo esto, siempre he percibido un modo femenino de ver el mundo que no aprecio tanto en los hombres (bueno, ni en todas las mujeres, tampoco puedo generalizar). Novelas como “Orlando”, de Virginia Woolf; “El festín de Babette”, de Isak Dinesen; “Un puente de libros infantiles” de Jella Lepman o, evidentemente, guardando las distancias, el cuento que os traigo hoy, podrían explicar esta percepción de dureza, fortaleza, anhelos, arquitectura de tu propia vida en torno a los seres queridos, desconcierto ante la violencia… Sé que si algún hombre me lee podrá molestarse: no lo hagas, de verdad, es una pincelada en algunas mujeres que, me sorprende, no nos hace ni mejores ni peores, simplemente, me sorprende.

“Sueños de lana”, de Mercè Sendino. Un homenaje en forma de verso a la mujer. Unos personajes femeninos que tejen su vida o sus deseos con lana, conforman los sueños de Susana, cuyos padres tienen una fábrica de lana. Y no hay nada más. De hecho, cuando leo algunas notas acerca de este libro, nunca le encuentran tanto sentido, únicamente unos versos infantiles y ya. A lo mejor soy yo quien ve algo más… quizá tendríamos que preguntar a su autora, pero, en cualquier caso, no cambiaría mi precepción. Es un libro escrito e ilustrado por una mujer y yo me he sentido muy cerca de él.

“Sueños de lana” lo escribió Mercé Sendino en 2008 y fue publicado por Brosquil Ediciones.

Y, bueno, el cuento perfecto para una mujer fuerte y que siempre me sorprende, como estas mujeres de las que os he hablado hoy, y que cumplió años el pasado domingo: mi madre…

Hasta la semana que viene.