Buenas noches, Gorila

Ya os traje hace algún tiempo, de esta misma autora, “El oficial Correa y Gloria” y os hice, entonces, la promesa de traeros más cosas de ella. Pues bien, “Buenas noches, Gorila” está escrito para los más pequeños de entre los pequeños. Un guarda de un zoo que, cada noche, antes de cerrarlo, pasea por él visitando cada jaula y dando las buenas noches a cada uno de los animales que allí viven. Y no es consciente de que, detrás de él, el gorila, que le ha robado las llaves, va abriendo cada una de las rejas y los animales comienzan a seguir, sigilosamente y en silencio al guarda, quien acaba entrando en su casa y por fin en su dormitorio con todo el zoológico tras él. Una vez apaga la luz, es su mujer, acostada a su lado, la que se da cuenta y acompaña de nuevo a los animales hasta su jaula. Pero, Gorila, como un niño travieso incapaz de dormir solo, le vuelve a seguir hasta su casa y se cobija entre las sábanas del matrimonio.

Tierna esta metáfora de lo que todos los padres hemos tenido en nuestra casa alguna vez, si no el zoológico al completo (que también), sí un gorila que, una y otra vez, se mete en nuestra cama dando un nuevo significado a la cama de matrimonio.

Con los detalles propios de esta ilustradora que hacen que puedas pasarte largo tiempo mirando una misma página: los juguetes que aparecen en cada jaula, el personaje del ratón que pudes ir siguiendo a lo largo de todo el libro… En fin, divertido y tierno para contar.

“Goodnight, Gorilla”, lo escribió e ilustró Peggy Rathmann en 1994 y en 2010 lo tradujo al español Ediciones Ekaré.

¡Hasta la semana que viene!

El oficial Correa y Gloria

Hoy toca que os hable de un álbum práctico. Práctico en el sentido de que es simple, sencillo para que lo entiendan los niños. No hay una doble lectura de la que deban extraer conclusiones. El oficial Correa es un hombre que acude a los colegios de Napville enseñando a los niños reglas de seguridad. Así de simple. Eso sí, en un determinado momento, comienza a acompañarle una perra policía, Gloria, quien dará un toque diferente y divertido a las charlas que imparte el oficial por los centros y, este hecho actuará como hilo conductor para la historia que sirve, simplemente, para que los niños sepan qué no deben hacer por motivos de seguridad.

Y, la verdad, es que resulta práctico tener de vez en cuando libros así por casa, no sea cosa que tu hijo haga caso omiso a tus consejos (ja!) de no ponerse algo punzante en el oído, o de no tocar los medicamentos de otra persona, o de asegurarse de la profundidad del agua antes de zambullirse… En fin, siempre les puedes hacer la pregunta de ¿qué dice el oficial Correa cuando tienes que cruzar la calle? y como si de su héroe se tratara, miran a uno y a otro lado de la calle… ¡me encanta! ¡qué inocencia!

“Officer Buckle and Gloria” lo escribió e ilustró Peggy Rathmann en 1995 y lo publicó en español, en 2012, la editorial venezolana Ekaré. Lo que me gusta de esta autora, sobre todo, son las ilustraciones que, aunque no son ni muy originales ni muy estéticas, sin embargo, son divertidas de escrutar. En cada página hay pequeños detalles dibujados minuciosamente que puden pasar desapercibidos en un primer momento: un personaje que puedes seguir por toda la historia o algún guiño de la autora hacia el lector. En otro álbum de Rathmann, en “Faltan 10 minutos para dormir”, hay un momento en el que el niño está leyendo el mismo libro que está leyendo el lector en ese momento, o sea, “Faltan 10 minutos para dormir”. Y en otra página, al fondo de la ilustración, aparecen los personajes de otro libro suyo, “Buenas noches, Gorila”, en el momento en el que los animales salen del zoológico. Es decir, una escena de un libro se cuela como fondo en el segundo. Es muy entretenido, tanto que, a veces, cuando los releo, me pierdo mirando cada uno de los ricones de la imagen a ver si decubro algo más…

En fin, ya os hablaré de esos libros más adelante pero, hasta entonces, hasta la semana que viene.