El vecino lee un libro

Sea para celebrar el día del libro del pasado martes que os traigo hoy este genial álbum en el que un hombre, aislado en la paz de su apartamento, trata de leer un libro. Su vecina, una niña decididamente ruidosa, de manera involuntaria, le irá interrumpiendo la lectura una y otra vez. El hombre, trata de que cese en su ruído pero sin ningún éxito, hasta que al final encuentra la solución: le regala un libro a la niña que, inmediatamente, comienza a leer consiguiendo así el tan ansiado silencio. A partir de entonces, el entendimiento hace que compartan algo más que la lectura y salgan juntos de paseo por la ciudad porque no todo en esta vida son los libros, ¿no?

El texto resulta sencillo y muy rítmico y está acompañado de unas magníficas ilustraciones frescas y sumamente expresivas que, a veces, se combinan con detalles de imágenes reales, como la gorra tan característica del hombre o el taburete o la silla sobre los que se sientan ambos para leer.

Y es curioso como el problema se plantea a lo largo del libro como si lo estuviera contando el hastiado personaje pero, el título, nos dice todo lo contrario: es la niña la que nos da su punto de vista al describirnos a ese vecino tan raro y malhumorado que no le deja jugar en paz y en todo momento le exige silencio.

Pues, nada, magnífico y recomendable, “Buur man leest een boek”, lo escribió e ilustró Koen Van Biesen en 2012 y un año después, en castellano y en catalán, lo publicó la editorial Tramuntana.

El comelibros

El señor B. come todos los libros que tiene a su alcance sin hacer distinciones  entre autores o temas. Pero el problema lo tiene cuando sus camisas aparecen manchadas de letras. E intenta limpiarlas pero, cuando las tiende, las letras salen volando por encima de toda la ciudad para colarse, muchas de ellas, en la librería donde compra sus libros el último jueves de cada mes creando, así, un círculo difícil de romper.

Un auténtico devorador de libros. Una metáfora perfecta para recordar aquí, en “Ve lavándote los dientes”, el Día Internacional del Libro que, como bien sabéis, se celebró el pasado lunes, día 23.

Y resultan tiernas las ilustraciones en las que las letras vuelan y van cayendo sobre los tejados de la ciudad… invita a pensar en una democratización de la lectura… ¡bello pensamiento!

En fin, “El comelibros” lo escribió e ilustró el gran Agustín Comotto (tengo que traeros más cosas de este autor) en 2006 y, ese mismo año, lo publicó Ediciones del Eclipse. ¡Hasta la semana que viene!