¿Somos amigos?

A pesar de que hay un oso por medio y a mí me gusta que estos mensajes sean directos sin animalitos que dulcifiquen el tema, es verdad que este cuento lo entienden, entienden que la amistad es algo más que exigir; que la amistad es un camino de doble sentido y que debe estar equilibrado, por el bien de la propia amistad.

Un niño algo déspota en su relación con su amigo el oso, ve cómo cambian las tornas cuando el oso empieza a comportarse como él y, claro, ya no le gusta tanto esa amistad. Pero, en un momento determinado, descubrirá que la ayuda mútua es lo mejor para mantener una amistad sana.

“¿Somos amigos?”, lo escribió e ilustró Anabel Fenández Rey para los más pequeños en 2016 y, ese mismo año, la editorial Kalandraka lo publicó en todos los idiomas de la península.

¡Hasta la semana que viene!

¿Quién llama en la noche a la puerta de Iván?

No sé bien qué es lo que me atrajo de este álbum pero, ocurrió que lo conocí en la biblioteca municipal de mi pueblo y, después de leerlo la primera vez, no podíamos dejar de pedirlo en préstamo, hasta tal punto que decidí que, aunque solo fuera por su valor sentimental (para nosotros), era un libro que quería conseguir. El problema es que, por más que preguntaba por él en librerías, todos me decían que ya estaba descatalogado, por lo que tuve que comprarlo de segunda mano convirtiéndose en el cuento más caro de mi biblioteca… Pero, la verdad, e insisto, no sé por qué, la verdad es que no me arrepiento de nada.

Iván, un cazador, duerme en su cabaña y, en medio de la noche y de una tormenta, llaman a la puerta. Es una liebre que quiere entrar para resguardarse e Iván le deja entrar. Pasado un rato, vuelven a llamar y esta vez es un zorro. La liebre, temerosa le suplica al cazador que no le deje entrar pero, al final, el zorro, habiendo prometido que no intentará atacar a la liebre, logra entrar a calentarse. Poco después es un oso el que suplica y es el zorro quien tiene miedo de su depredador pero, al igual que a él, Iván le deja entrar. Pasan la noche junto al fuego, los tres animales y el cazador, durmiendo despreocupados, confiados pese a ser enemigos en la vida.

A la mañana siguiente, van despertándose uno a uno y con el día valoran de nuevo el peligro, así que, también uno a uno, huyen de la cabaña, incluido el oso, que es entonces cuando cae en que ha dormido en el hogar de un cazador.

Y, el hecho es que me gustan estos cuentos en los que ocurre algo mágico que hace que un grupo de animales, enemigos entre sí, a modo de metáfora, logren juntarse olvidando sus temores o sus odios. Es un momento, una noche, un lapso corto en el que conviene entenderse y sacar provecho de esa situación inusitada. Y todo es bien…

Con texto en verso e ilustraciones clásicas pero atractivas, “Es klopft bei Wanja in der Nacht”, lo escribió Tilde Michels y lo ilustró Reinhard Michl en 1985. En 1989 lo tradujo al español la editorial Juventud.

¡Hasta la semana que viene!

El vecino lee un libro

Sea para celebrar el día del libro del pasado martes que os traigo hoy este genial álbum en el que un hombre, aislado en la paz de su apartamento, trata de leer un libro. Su vecina, una niña decididamente ruidosa, de manera involuntaria, le irá interrumpiendo la lectura una y otra vez. El hombre, trata de que cese en su ruído pero sin ningún éxito, hasta que al final encuentra la solución: le regala un libro a la niña que, inmediatamente, comienza a leer consiguiendo así el tan ansiado silencio. A partir de entonces, el entendimiento hace que compartan algo más que la lectura y salgan juntos de paseo por la ciudad porque no todo en esta vida son los libros, ¿no?

El texto resulta sencillo y muy rítmico y está acompañado de unas magníficas ilustraciones frescas y sumamente expresivas que, a veces, se combinan con detalles de imágenes reales, como la gorra tan característica del hombre o el taburete o la silla sobre los que se sientan ambos para leer.

Y es curioso como el problema se plantea a lo largo del libro como si lo estuviera contando el hastiado personaje pero, el título, nos dice todo lo contrario: es la niña la que nos da su punto de vista al describirnos a ese vecino tan raro y malhumorado que no le deja jugar en paz y en todo momento le exige silencio.

Pues, nada, magnífico y recomendable, “Buur man leest een boek”, lo escribió e ilustró Koen Van Biesen en 2012 y un año después, en castellano y en catalán, lo publicó la editorial Tramuntana.