Sam y Leo cavan un hoyo

Esto me recuerda al poema de Kavafis: Ítaca. Algo así como que no importa si te enriqueciste al final o no; lo importante fue el comenzar el camino, fueron las aventuras que tuviste durante tu viaje… esta es tu verdadera riqueza. Y son muchos los libros infantiles que hacen referencia a este tema; un tema, por otro lado, instructivo, práctico en la vida, pero, sobre todo, bello.

Así que, sí, Sam y Leo comienzan a cavar un hoyo con la idea de dejarlo solo si encuentran algo espectacular. En las ilustraciones, vemos el túnel que van cavando, pero también todos los tesoros, los diamantes que se van dejando por el camino y que nunca verán y, por supuesto, no tendrán por las decisiones que van tomando. Así que siguen cavando, hasta que caen por un agujero que les devuelve al lugar donde comienza el cuento. Coincidiendo en que esto ha sido bastante asombroso, deciden dejar el agujero e irse a casa a tomar leche con galletas. ¡Magnífico!

Genial idea, cercana a lo onírico y absurdo gracias a ese final. Con unas ilustraciones sencillas, originales y todas ellas en tonos tierra, como el hoyo que cavan.

“Sam & Dave Dig a Hole”, lo escribió Mac Barnett y lo ilustró Jon Klassen en 2014. Ese mismo año lo publicó en castellano la Editorial Juventud.

¡Hasta la semana que viene!

Roni

Divertido, irónico, con unas ilustraciones muy atractivas y descriptivas, en todo momento, de lo que está pasando en el texto, así es el álbum que os traigo hoy: Roni.

Roni es un gato, pero también podría ser un perro, o un agapornis… todos los que tenemos o hemos tenido alguna vez una mascota en casa nos hemos hecho esta pregunta alguna vez: ¿por qué tengo que aguantar yo esto? Pero, al final, llegas a la conclusión de que, aún con todo lo que aguantas, merece la pena…

Pues sí, Roni es un gato que cada día de la semana, sin excepción, obsequia a su amo con alguna barrabasada que tiene que subsanar el pobre hombre quien, a medida que se acerca el domingo, va viendo desaparecer sus fuerzas y su paciencia. El último día, antes de que vuelva a arrancar la semana y comience de nuevo el círculo en el que está atrapado el narrador, le razona, le riñe y le dice que esto no puede continuar así… con ese monólogo inútil que todos hemos utilizado alguna vez con estos, nuestros animales que, si entienden algo, sin embargo, no tienen ningún propósito de enmienda…

En fin, con una rima y repetición de una misma frase en cada día de la semana, Txabi Arnal, consigue darle un ritmo al texto confiriéndole dinamismo y más diversión. Texto muy bien acompañado, como ya he dicho antes, por unas muy frescas ilustraciones a cargo de Julio Antonio Blasco. La Guarida Ediciones, fue la encargada de publicarlo en 2015 con esa dedicatoria en la primera página que aún lo hace más divertido, si cabe:

“Para Roni, por supuesto”

¡Hasta la semana que viene!

Jane Goodall. Un historia inspiradora.

Con la intención de transmitir a los niños la idea de constancia, esfuerzo y tesón para conseguir aquello que pretendes, la autora de este libro, nos habla de la asombrosa figura de Jane Goodall como ejemplo de una persona que no cejó hasta conseguir acercarse, entender, proteger y vivir con los chimpacés, que era lo que ella siempre había soñado.

Es en un campamento de verano donde se plantea esta cuestión entre los niños y será el monitor el que, contando la historia de esta conocida etóloga, logrará convencerles de que cualquier sueño que tengan pueden hacerlo realidad si creen firmemente en él.

Inspirada por la figura de Jane Goodall y con el deseo de colaborar con el instituto que esta fundó, Sabrina Kraus, escribió este libro para niños que ilustró Felipe Jiménez Rozo. En octubre de 2016, lo publicó por primera vez a través de Boqoo.

¡Hasta la semana que viene!

Al país de l’olivera

No sé cómo empezar a describir lo que he sentido al leer (¡por fin!) este álbum ilustrado, porque, entre otras cosas, no ha sido solo por leerlo, lo he sentido de forma completa como pocas veces puede ocurrir al leer un poema.

Y es que me planteo el problema de una posible traducción del texto (el poema está escrito en valenciano) pero acabo entendiéndolo como un imposible. Y, es aquí donde entra Aitana Carrasco. El poema nos habla del amor, amor de pareja, amor a la tierra… amor a la vida, pues. Y las ilustraciones de Aitana, van más allá de las palabras, ahondan y abren una ventana por la que puedes ver ese amor al detalle. Nos abre la puerta de una habitación haciéndonos cómplices del amor de esa pareja, que durante un tiempo han estado separados, sin pudor, sin escrúpulos, porque el amor es así, “salvatge”, como decía nuestro poeta Vicent Andrés Estellés .

Nos abre al paisaje valenciano como esa Serra Mariola con el Frare d’Agres al fondo que aparece en una de las páginas. Nos describe los caminos y rieras que nos recorren, con “baladres” (adelfas), “oliveras” (olivos), “figueres” (higueras), “tarongers plens de tarongina” (naranjos llenos de azahar)… y, claro, esto ya no se puede traducir… son imágenes que pasan desapercibidas si no has caminado por estas tierras, si no has olido un naranjo justo en esta época del año, que están llenos de flor…

Y, sí, tengo la suerte de haber nacido en una tierra donde se habla dos idiomas, donde la gente se expresa en catalán y en castellano y, cuando veo cosas así (y las he visto en los dos idiomas), me confirmo en la idea de que el bilingüismo solo puede enriquecer a las personas…

Haceos el ánimo y leedlo, aunque no sea en castellano: no es tan difícil, las dos lenguas son hermanas. Aquí en casa, por ejemplo, tenemos álbumes en gallego porque el autor lo ha escrito en su lengua materna y yo, haciendo un pequeño esfuerzo, lo entiendo y, si no lo hiciera, quizá me perdería algo de lo que me quiere contar, cuánto más si es un poema.

“Al país de l’olivera”, lo escribió Xavi Sarrià y es también una canción de su grupo, Obrint Pas, así que más abajo os dejo un enlace por si queréis oírla. Aitana Carrasco, como ya he dicho antes, se encargó de crear esos personajes tan parecidos a ellos mismos y de acercarnos un poco más al sentimiento de él. El año pasado, en 2018, Sembra Llibres, lo publicó para goce y disfrute de todos nostros. ¡Hasta la semana que viene!


El antiguo almacén de dientes del Ratón Pérez

Hace unos días visité el “Antiguo Almacén de dientes“, aquí, en València, dedicado a ese ser fantástico tan entrañable que es el Ratoncito Pérez. Yo disfruté, pero los niños a los que acompañaba, creo que soñaron. El grado de excitación con que entraron, las caras que ponían cuando por fin supieron para qué diablos quería Odón Pérez tanto diente y cómo contaban después su experiencia, me hizo pensar que era imprescindible escribir esta entrada porque, inicitivas así, siempre tendrán un hueco aquí, en “Ve lavándote los dientes” (¡vaya!, curiosa casualidad…).

Con poco espacio, pero han sabido aprovecharlo al milímetro para explicar cómo llegan los dientes al almacén, qué hacen con ellos, han respondido a la pregunta que todos alguna vez nos hemos hecho y, para acabar, en un recinto minúsculo, con títeres de lo más pequeños, hemos asistido a una representación donde, a través de unos ratones, se hablaba de diversidad en todos sus aspectos.

Y, como recuerdo-resumen de aquella mañana, encontré este álbum ilustrado en la tienda que tienen en la entrada, en el que nos cuentan, además, algún dato curioso de la antigua ciudad de València, como el de su trazado de acequias de época romana. Parece, todo, libro y actividad, creado en un círculo perfecto para sumar credibilidad a la historia. En fin, muy recomendable y muy original.

“El antiguo almacén de dientes del Ratoncito Pérez”, lo escribió Vicent Vila Berenguer y lo ilustró Aram Delhom Solaz y, en 2018, lo publicó Malian Editora.

¡Hasta la semana que viene!