El lobo no vendrá

Hace ya tiempo que no hablo de algún libro para lo más pequeños que los pequeños. Y es que cuando vi este álbum me hizo gracia la manera que tenía de abordar los miedos nocturnos.

Un conejo le pregunta a su madre mientras se va metiendo en la cama si el lobo va a ir a su casa. La madre, sin negarle su existencia, le va narrando todas las dificultades que encontraría un lobo que vive en el bosque, con cazadores, para llegar a su casa, en la ciudad. Las ilustraciones, van mostrando, en una página el ceremonial del niño antes de irse a dormir. En la otra, aparece un lobo que, de una manera de lo más divertida, va intentando pasar desapercibido y salvar todos los obstáculos para llegar a la casa de la familia de los conejos. Una vez allí, llamará a la puerta y, para sorpresa de los padres, que ven pasar como un rayo a su hijo que va a abrir, el lobo entra en la casa con un regalo para el pequeño conejo, porque es su cumpleaños y llevaba todo el día esperando a su invitado…

¡Genial! es algo así como, ¿para qué enfrentarte?, hazte amigo de tus lobos y dejarán de darte miedo… lo dicho, original y divertido mensaje para luchar contra los miedos nocturnos. Hay más libros de este estilo que merecen la pena… ya os los iré trayendo por aquí.

De momento, aquí tenéis: “Le loup ne viendra pas”, lo escribió Myriam Ouyessad en 2017 y lo ilustró Ronan Badel, quien consigue hacer sus dibujos imprescindibles para un mayor disfrute del texto. Este mismo año, en 2018, lo ha traducido al castellano la editorial Luis Vives.

¡Hasta la semana que viene!

¡Scric scrac bibib blub!

Jerónimo es una pequeña rana que vive en una charca con sus padres. Todas las noches, en la oscuridad de su cuarto, escucha unos ruidos que no logra identificar creándole una angustia que solo puede controlar junto a sus padres. Una noche, se mete en la cama de estos y el padre, incómodo por las patadas que le da Jerónimo, decide irse a la habitación del pequeño para intentar dormir. Ya en su cama, escucha esos “scric, scrac, bibib, blub” que tanto inquietan a Jerónimo y, algo confundido, decide descubrir la procedencia de esos extraños ruidos junto a su hijo.

Muchos son los libros infantiles que tratan los miedos de los niños hacia la noche y la oscuridad pero, lo que me llamó la atención de éste, fue su autora. Kitty Crowther nació con un problema de audición pero no le supuso ningún obstáculo para hablar en este cuento de los ruidos  nocturnos que tanto asustan a los niños. Fue capaz de captar la angustia que produce en un niño esos sonidos que avivan la imaginación y cuya procedencia les oculta la oscuridad de la noche.

Además, en este caso, es el padre el que ayuda al niño a superar este miedo y, en esto, también es original. Es más frecuente que los autores muestren la relación del niño con la madre pero, Crowther, nos muestra una relación muy natural del padre con su hijo. Es el padre quien despierta al niño y se lo lleva a descubrir la noche junto a él en un acercamiento hacia el pequeño más de amistad que paternal.

Las ilustraciones, propias de esta autora, están realizadas a lápiz y pastel y conforman un todo junto al texto difícil de separar.

“¡Scric scrac bibib blub!” fue publicado en castellano por la Editorial Corimbo en 2005. Y, bueno, así he atendido a una persona muy querida que me pidió que hablara de este cuento por lo que había supuesto para sus hijos. Pues aquí está…

¡Hasta la semana que viene!