¡Sígueme! (una historia de amor que no tiene nada de raro)

De este álbum yo creo que me gusta todo. Para empezar el mensaje: cualquier forma de amor, como tal, debe ser respetada y aceptada.

Un elefante gordo del que, en algún momento, un mono se ríe: éste es el segundo aspecto que me gusta. El personaje grotesco que, sin embargo, obvia las burlas en pos de su amor por una hormiga con cintura de avispa.

Unas ilustraciones que acompañan al texto de maravilla, lo describen y aportan su propia historia: el que se ríe del elefante es un mono y, así, ridiculiza a los que se ríen de los demás. Originales, diferentes… ¡Bien!, pero continúo…

Todo esto, que ayuda a formar personas en el respeto a la diversidad, queda refrescado por un texto absurdo (onírico, como me gustan a mí) en el que un elefante gris con lunares morados sigue, por diferentes escenarios, a una hormiga con cintura de avisapa que acarrea un letrero en el que se puede leer, “¡Sígueme!”. Con frases que se repiten aportando un ritmo divertido, de tal modo que el mensaje pasa desapercibido pero, sin duda alguna, cala, y de la manera más natural, sin moralejas, sin pretensiones…

En fin, una delicia de álbum. “¡Sígueme! (una historia de amor que no tiene nada de raro)”, lo escribió José Campanari e ilustró Roger Olmos para que en 2007 lo publicara OQO Editora.

¡Hasta la semana que viene!

¿Y yo qué puedo hacer?

Sin quitar un ápice de mérito a la labor que realizan muchas ONG (otras me infunden rabia y terror cuando profundizo en su organización), siempre me ha fastidiado la devoción y la ayuda hacia ellas que surge entre algunas personas en estas fechas y solo en estas fechas. Como si limpiáramos conciencias con dinero destinado a proyectos lejanos para tratar de paliar problemas que no nos afectan pero que, lo más seguro y de manera indirecta, hemos provocado nosotros con nuestro modo de vida. Sí, viene a recordarme un poco a la campaña franquista “Siente un pobre en su mesa” que caricaturizó Berlanga en su película “Plácido“.

Y, claro, cuando leí “¿Y yo qué puedo hacer?”, pensé que podía ser una gran herramienta para que un niño entienda en qué consiste la solidaridad y la empatía más allá de la Navidad y las grandes campañas o acciones que se llevan a cabo en ese momento del año.

El señor Equis lee el periódico todas las mañanas y el cuerpo se le llena de preocupaciones ante las noticias que acaba de leer. La pregunta “¿Y yo qué puedo hacer?” se aloja en su cabeza y le tortura hasta que, una noche, cansado, se duerme en el sofá con la boca abierta. La pregunta encuentra el agujero y aprovecha para quedarse en la lengua. Al día siguiente, el señor Equis, se asombra cuando descubre que, cada vez que abre la boca, la pregunta sale, y cada vez que sale, alguien que está cerca del señor Equis le contesta: una mujer angustiada en la calle que necesita que alguien la lleve al hospital con su hijo que tiene fiebre, la vecina enferma que no puede bajar a hacer la compra… gente cercana y con problemas que siempre responderán a la pregunta “¿y yo qué puedo hacer?”.

Una delicia de libro de José Campanari con ilustraciones sencillas pero originales y muy adecuadas al texto de Jesús Cisneros y que fue publicado por OQO Editora en su colección O, en 2008.

Y, bueno, que tengáis una buena entrada en el 2018 y hasta la semana que viene.